Pasan los años y te sigo esperando
Laura Usma Cardona
“Comuna san José Manizales” cerca de 24.700 resultados encontrados al ingresar estos caracteres en el buscador de google. 5.600 familias y alrededor de 28.500 habitantes. Más de trecientos mil millones de pesos girados desde el gobierno nacional, demoliciones, construcciones, discusiones, aciertos y equivocaciones, sí, todo eso, y más se encuentra en la vida real y en los estudios encontrados por “googolito”, pero que pasa en la “base de la sociedad” mientras las autoridades municipales y los contradictores del proyecto siguen debatiendo. Quién pierde en este tire y afloje sobre un proyecto que lleva más de seis años en su etapa inicial, por supuesto que es la familia, los niños, las madres, los abuelos y los primos. Todos de manera diferente, pero todos al fin.
“La Familia es un proceso de construcción de relaciones entre seres humanos que están diferenciados por género y generación, relaciones que están mediadas por el tema del parentesco, de manera que este define roles, perfiles y derechos” Así define este término la profesional en Desarrollo familiar y Doctora en Familia Sandra Milena Franco Patiño.
Desde 2009 inicio el Proyecto de renovación urbana “Macro proyecto San José”. Así se le llamó a este “elefante blanco” iniciado desbordadamente por el ex alcalde de Manizales Juan Manuel Llano. Un proyecto enorme que según el Concejal de la misma ciudad, Víctor Cortez, quien a propósito va por su tercer periodo en la entidad, asegura que la desorganización y la falta de planeación han sido los principales obstáculos para que a esta iniciativa, aprobada en 2009 por el gobierno nacional y programada para cumplirse a largo y máximo plazo en 2019, hoy, a mayo de 2015, no se le augure un final próximo; tanto así, que su funcionamiento se ha replanteado en seis ocasiones, ha estado a mando de siete gerentes diferentes y se le ha asignado un nuevo plazo, según las autoridades para el año 2026. Siete años más que lo planteado en sus inicios.
Cabe anotar que al pasar de los años y las experiencias se han tomado correctivos para tratar de resarcir los daños causados por los desalojos y demoliciones que se presentaron al inicio del proyecto en 2009, sin embargo, hay cicatrices en la sociedad que siguen notándose y que son el resultado de las determinaciones errdas de los dirigenetes. Una de las marcas màs evidentes es el daño causado a las estructuras familiares, las condiciones de las familias, que son en este momento nuestro punto de mayor interés.
Para Franco Patiño, igual que en este, como en casi todos los proyectos de intervención de los que tiene conocimiento ha hecho falta un profesional en desarrollo familiar, según la docente, “alguien que les haga comprender que todas las familias son distintas y que no pueden manejarlas a todas de la misma manera” expresó.
Argumenta también, que dentro de su conocimiento, el despojo obligado o voluntario de los territorios de la gente, constituye no solo quitarles su casa, sino también despojarlos de su identidad, pues una casa, que no es solo una escritura, sino una vida, concluye.
Uno de los errores cometidos por la administración fue la compra de predios deliberada que realizo en 2009 y que terminó despojando a familias de su único patrimonio, no solo económico, sino también social y cultural, pues la mayoría de las familias que habitan los diez barrios que constituyen la comuna dos, habitaban las casas desde su nacimiento y por lo general eran heredadas de padres y abuelos. Independientemente de los errores metodológicos, las preguntas son, dónde están estas familias, què tuvieron que hacer, qué ha pasado con ellas hasta ahora. Muchas, según el sociólogo y académico Fernando Cantor, se encuentran habitando las casas no demolidas de la comuna y muchas otras, la comuna cinco de la ciudad específicamente el barrio San Sebastián.
Este cambio de domicilio no trajo solo consecuencias derivadas del reproche y el reclamo de la ciudadanía, sino también dificultades que la administración de la época no tuvo en cuenta, es decir, la sobrepoblación que se presenta en este barrio a causa no solo del macro proyecto, sino de las acciones que se adelantan en cuanto a programas de vivienda gratuita, que se desarrollan en gran parte en esta zona de la ciudad. Los servicios de salud son insuficientes para una comunidad que crece día a día, las instituciones educativas no tiene la suficiente cobertura para albergar a la cantidad de niños que posee el barrio, las condiciones de seguridad se han visto afectadas y finalmente, para quienes vienen de sectores cercanos al centro, trasladados allá, a causa o no del macro proyecto, se ven en la obligación de sumar a sus gastos mensuales, los costos equivalentes al trasporte público.
Así pues, se ven afectada la familia desde la cabeza, hasta pies. Los padres, varones, que según el estudio de índices de calidad de vida “en qué vamos Manizales”, son generalmente ausentes, devengan el sustento diario de trabajo informal, ya sea en la plaza de mercado o en sectores aledaños y algunos otros, más escasos de fábricas ubicadas en el barrio Maltería.
Las madres, que por lo general son cabeza de hogar, también se ven en la obligación de desplazarse hasta el centro de la ciudad, además de verse ante la presión de dejar a sus hijos solos o conseguir quien, a cambio de una remuneración económica, cuide de ellos, pues los apartamentos asignados por el gobierno nacional, en conjunto con el gobierno local, son otorgados a núcleos familiares, es decir, ya no pueden habitar la misma casa familias compuestas por tíos, primos, abuelos y nietos al mismo tiempo, lo que no solo rompe o al menos distancia los lazos familiares, sino que además dificulta este tipo de colaboraciones que en otros espacios y ambientes si se daba de manera más frecuente.
Sobre el tema, John Jairo Álvarez, Gerente social de la empresa de renovación urbana, ERUM, asegura que dadas las fallas presentadas al inicio “ahora se busca que los núcleos familiares queden ubicados, de ser elegidos, en el mismo bloque de apartamentos y contiguos, para así disminuir el impacto social sobre estas familias”.
Según el último (2012) Índice de Condiciones de Vida (ICV), indicador para medir la pobreza en Colombia, la comuna que presentó condiciones más bajas fue la comuna San José con un 69,5%. Este porcentaje, arrojado al medir la maera como las familias asumen componentes como localización, condiciones y servicios de la vivienda, tenencia de bienes, demografía y capital humano;
Al respecto Cantor afirma que: “hay una ruptura de los modos de vida, que corresponden a la economía del hogar, las personas vivían en hogares en los que tenían huertas, animales y acceso directo al centro de la ciudad, lo que felicitaba la venta informal”, aspectos que reunidos, según el sociólogo, “ayudaban a combatir la precaria economía que se maneja en la comuna”.
Sin embargo, se presenta debido a esta condición otra dificultad latente; se trata de los establecimientos educativos. El barrio san Sebastián tiene dos instituciones educativas, que claramente no tienen la cobertura necesaria para lograr abarcar la población que ha crecido de manera notoria en los últimos años. Situación que lleva a las madres a inscribir a sus hijos en colegios aún más lejanos a su residencia, en instituciones como Fe y alegría, por ejemplo, que si bien queda en la comuna cinco, queda bastante retirada del barrio anteriormente nombrado.
“Yo me vine de San josè porque la cosa donde vivia con mi mamà en galàn se incendió, yo acepte y estoy agradecida, pero si se me han dificultado muho las cosas con los niños y con mi empleo.” Afimar Diana Cardona, madre de dos hijos de siete y cuatro años, empleada de un restaurante en el centro de Manizales.
Es importante ahora mencionar que los habitantes de los apartamentos construidos, y que se siguen construyendo en el barrio san Sebastián, acoge por igual a todos los damnificados por desastres naturales, por incendios u otras condiciones previamente justificadas y no hacen parte de las residencias planteadas dentro del macro proyecto. Este es un plan de vivienda nacional, al cual puede postularse cualquier ciudadano damnificado.
Así pues, en el Plan de Desarrollo 2012-2015 propuesto por la administración actual, se planteó la meta de reducir en un 35% el déficit de vivienda, equivalente a un déficit total 7,7%, a través de la construcción de casi 3.000 soluciones habitacionales y 1.600 mejoramientos. 2 terceras partes de las nuevas viviendas se proyectan en el Macro proyecto San José; es decir en el barrio la avanzada. Actualmente y hasta el pasado sábado, nueve de mayo, en el sector se construyó un bloque habitacional compuesto por 24 apartamentos, y según los voceros de la ERUM, se espera construir y entregar setecientos más en un mediano plazo.
Pero es precisamente de este tipo de datos frívolos de los que este reportaje pretende apartarse, hay otros interrogantes que desea resolver; por ejemplo, cómo han surgido después de esto las familias que no poseen apartamento, dónde están, Quién les acompaña. Para Johana Forero Henao, presidente del Comité de Voceros de la comuna san José, la familia se ha visto muy afectada, porque se cambio totalmente el estilo de vida, según la estudiante de último año de sociología, era muy común que las familias por más grandes que fueran vivieran cómodamente, dentro de sus limitaciones.
Según Johana y otros detractores que buscan que se replantee el macro proyecto, esta es una iniciativa “sin pies, ni cabeza, pues no se ha pensado en la gente, sino en el beneficio económico y político de los actores allí presentes”, apuntó.
Sin embargo, para Claudia Marcela Cardona Mejia, Gerente del Macroproyecto, se hace, desde su llegada al cargo, un acompañamiento integral a las familias. Segùn Crdona, la famila a la cual se le adquiere el predio se le hace un acompañamiento familiar desde que se les notifica la compra del predio. Se hace una ficha socieconomica de los ingresos y el componente familiar, su estructorua y el acompañamoento legal en compra y expropiacion. Se prepara a la familia ya los vecinos para la demolicion. Desde 2014, fecha en que asumiò el liderazgo del proyecto, “se empezó a revisar para donde se estaban llendo propietarios y arrendatrios, se verifica que hicieron con los recursos, se verifica la restitucion de servicio publicos. Como el sisben, el cupo en una instituciòn educativa y la participación. De ser el caso, el grupos de participación cultural y ciudadana”.
De manera distinta, considera Forero que se ha manejado el caso, ella argumenta que “según visitas hechas por el comité de voceros, de 10 familias, 2 están bien, las otras ocho, se vieron obligados a hacer prestamos a pagar arriendo o incluso a hacer invasiones que los dejan en situaciones peores de las que estaban.
Hay incluso para este tipo de afirmaciones tan severas, quien pueda refutarla. Para Ofelia Calvo, madre de tres hijos y beneficiaria de uno de los veinticuatro apartamentos entregados en días pasados, este nuevo espacio es lo mejor que le ha pasado, “Yo vivía prácticamente en la miseria, por no decir en una ratonera, un ranchito muy humilde, nadie se imagina que en un tuvo arriba del lavadero me pasaban los excrementos de todo el barrio, yo tenía que oler esas cosas y aguantarme. Para mí fue un regalo de Dios, del gobierno y de todos los que están luchando por nosotros”, comentó.
Así continúan las cargas, tiran de un lado y tiran del otro, pero de manera extraña ninguno afloja y el caucho no se rompe. Quizá porque ninguno lado tiene el suficiente poder para jalar demasiado fuerte, o quizá, también, porque no hay un tercero que ejerza presión. Lo cierto es que mientras los políticos discuten, los contradictores persisten y los demás nos hacemos los ciegos, los niños, las madres, los abuelos, las familias, siguen sufriendo, siguen aguantando, siguen haciendo lo que la vida y las circunstancias les han enseñado, sobrevivir.